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Mitos, leyendas, tradiciones que nos hacen remontar a tiempos cuando en  la oscuridad habitaban los gentiles o anchanchos, y cuando Dios Wirakocha había creado la tierra y los hombres, sin crear el sol, ni las estrellas.

La provincia de Yunguyo tiene una gran cantidad de mitos, leyendas, tradiciones, desde tiempos muy remotos como la oscuridad en que habitaron los gentiles o anchanchos, en que Dios Wirakocha había creado la tierra y los hombres, sin crear el sol, ni las estrellas; muchos de ellos han sido escritos y otras, superviven como tradiciòn a través del tiempo de generación en generación, los cuales estamos tratando de recopilar para difundir en el ámbito nacional e internacional. Como un aporte de nuestra identidad cultural Aymara, que no son meramente tradiciones, si no tienen algún contenido histórico de nuestros antepasados. Muchas de estas tradiciones pertenecen a la provincia de Yunguyo, a la región Altiplánico y a la cultura andina. A Continuación deleitamos su contenido:TRADICIÓN DE LA LAGUANA DE WARAWARANI 

La Laguna de Warawarani (Laguna de Estrellas), se encuentra ubicado en la cima del cerro Kapía, que es el pico más alto en esta parte del Altiplano de las provincias de Yunguyo y Chucuito, 4,960 m. s. n. m. el lecho de la laguna de Warawarani fue un cráter del volcán Kapía, cuya dimensión del agua acumulada no pasa de una hectárea, con los fangales y otros restos alcanza a dos hectáreas, se encuentra en una profundidad las tres cuartas partes es un precipicio, cuyo acceso es demasiado peligroso, y algo llano sólo la parte que tiene de desagüe de un pequeño riachuelo de aguas cristalinas y termales.

El Volcán Kapía para los pobladores Aymaras de sus alrededores era considerado como el Dios protector de la población, de sus sementeras, sus animales, como el Auqui kapía, al que se le rendía culto y pleitesía, ofrendándole lo que se llama mesa o pago, hasta ahora se sigue ofreciendo diversos objetos, quemando en sus diferentes calvarios que existen, pero el calvario más principal está Aymaras.

Sobre la misteriosa laguna de Warawarani desde tiempos muy remotos se ha tejido innumerables mitos, leyendas y tradiciones, dicen que sus aguas cambian de color a cada instante del día, de color azul oscuro a azul claro, de blanco claro a blanco oscuro, y muchas veces de amarillos tornasoles, sus aguas heladas salen de las profundidades del cráter, dicen que es una laguna encantada y sagrada, muchas personas han desaparecido en diferentes épocas del año, desde tiempos atrás, ya sean pastores, personas que van por diferentes situaciones; por eso es muy temido, respetado y reverenciado; es una laguna maldita y también benéfica, por que concede los pedidos de los pobladores cuando se le ofrenda con fervor y respeto.
Esta Laguna de Warawarani está protegido por un pico muy alto e inaccesible en uno de sus lados del oeste, cuyo precipicio empinado llega desde la cima hasta la orilla en forma de un rodadero parado, persona alguna jamás podría transitar por estos lugares; llamado Kota Achachila o abuelo de la Laguna, que es el celoso guardián de la laguna de Warawarani y sus tesoros de oro y plata, su fauna y de su flora. En la cima de Kota Achachila existe un pequeño valle muy camuflado, crecen platas exóticas y tropicales, como manzanas, naranjas, coca, maíz, y hermosos flores multicolores; nadie hasta ahora se ha atrevido de conocer ni extraer por su difícil acceso es imposible llegar al sitio, además está celosamente custodiado y cuidado por un feroz guardián, que es un puma gigantesco con su lomo plateado, que mora en las cuevas y las rocas, muchas personas han visto a la luz de la luna bajar a tomar agua y alimentarse, cuyo lomo del felino brillaba resplandeciente, pero nadie ha visto retornar a su guarida; dicen que sus aullidos con el eco de las rocas retumban a distancias considerables y sus manos poderosos hacen rebotar los proyectiles de piedras que lanzan la gente.

Quién transita por las orillas de la laguna, en pleno día, puede observar nadar diferentes aves, entre ellos unos patitos inofensivos que van deslizándose en sus tranquilas aguas, dicen que en ciertas horas malas del día, al atardecer, al anochecer, aparecen unos hermosos patitos de oro que están provocando al alcance de las manos; en la misma orilla, muchas personas incautas han querido coger dichoa patitos, pero desaparecieron; ya sean jóvenes, adultos y niños, desde tiempos atrás y posteriores, por que la laguna se los había tragado, o los había encantado y jamás volvieron a regresar. Por eso las gentes temen, recelan y respetan a esta laguna misteriosa, nadie hasta ahora se ha atrevido acercarse solos, sino siempre en pareja o en grupo, los mismos pastores de ganado siempre pastan en pareja en las cercanías de la laguna.

Además la laguna de Warawarani tienen propiedades milagrosas para hacer llover, cuando se desata una prolongada sequía, en època de lluvias; los pobladores de las riberas de los lagos, tienen que acudir a esta laguna sagrada para traer agua para hacer llover de los tres ojos o pozas de agua milagrosa; una contiene agua de granizada, otra contiene agua de helada y la tercera agua de lluvia; sino recoger a las aguas de las oladas. El Yatiri que va con esta finalidad con los comuneros deberá conocer perfectamente, para no equivocarse. (32).

32. - Las tradiciones del cerro Kapía son recogidas del Sr. Germán Huanca y de otros pobladores. 1980 y 1996.

LEYENDA DEL MATRIMONIO PETRIFICADO DE TORRE TORRENI

La pétreas de Torre Torreni, se encuentra ubicado en el cerro Kapía, en el sector de la comunidad de Choquechaca, en la cumbre del lado derecho de la quebrada. Sobre el camino de herradura que sube al cerro y se prolonga hasta Pomata; Consistente en un conjunto de peñolerías bastantes altas, de unos 30 metros de altura, que tienen formas muy caprichosas, como torreones, templo otros edificios, calles, gentes, animales, etc. En tiempos del Anchancho o de los gentiles, cuando la tierra permanecía en completa oscuridad, cuyos habitantes estaban acostumbrados a vivir en oscuridad.
Dicen que en tiempos muy antiguos en este lugar se celebraba un acontecimiento grandioso entre las familias más pounrosas y renombradas del lugar, entre los hijos de unos grandes curacas o Mallkis, un pomposo matrimonio religioso de esa época, en un templo con grandes puertas abiertas, con padrinos de los más encumbradas familias, con gentes que le acompañaban, músicos que tocaban melodías a la usanza de su época o casarasiri, los servicios, los familiares, etc. Las provisiones de comida y bebida estaban cargadas en las llamas, que descansaban después de largo viaje y el cansancio; los perros que merodeaban las calles en busca de sobras de comida; la ceremonia del matrimonio se realizó con toda normalidad y con todos los formatos a la!usanza y costumbre de esa época. Cuando ya había concluido el matrimonio salían de la iglesia encabezado por su sacerdote y todos en forma conjunta; en ese instante amaneció al canto de un gallo y salió el Dios Sol con sus grandes rayos, cuyos reflejos los cegó a todos los presentes y de inmediato quedaron convertidos en peñas o piedras, como se ve en la actualidad.

En las mañanas cuando el sol sale y esta a media altura, al observar detenidamente estas peñolerías, se puede apreciar con tanta claridad, la puerta de la!iglesia, las torres, calles, el matrimonio, sus padrinos, acompañantes, músicos, servicios, etc. Aparecen tambien los perros que deambulan las calles; en la parte de la cima, aparecen las llamas cargadas echadas en el suelo descansando, todos estas figuras están petrificadas y tienen las formas que acabo de mencionar.
TRADICIÓN DE LA APACHETA SAMAWI

Al sur de la cima del cerro Kapía, hay un camino antiguo que viene del sector de Pomata hacia la comunidad de Choquechaca, en la parte de la cima en el mismo camino existe una Apacheta o Huaca de los antiguos Aymaras, en su alrededor hay una pequeña explanada donde se llevaba y se lleva todavía actualmente el ritual del pago a ala tierra, con restos de construcciones de pequeñas casitas de piedra.

Unos metros más allá, siempre sobre el mismo camino, cuyas huellas profundas cavado por el trajín de la gente antigua, en piso de roca calcina o Ignimbrita del volcán Kapía, se nota con toda claridad. Este lugar se denomina Alma Samawi, descanso del muerto; en medio del camino hay una piedra grande, que tiene la forma de una mesa y en las inmediaciones hay varias pequeñas cuevas naturales o quizás trabajadas expresamente en la roca con este fin. Esta tradición es parte de la historia de los grupos humanos pertenecientes a la cultura Tiahuanaco. Que se prologaba todavía en la Colonia con implantación de capillas cristianas; que hace muchos años atrás se practicaba esta costumbre de trasladar a sus muertos de un lugar a otro.

Cuenta la etnología de aquella época, que los pobladores de las comunidades de Pomata, cercanas al cerro Kapía, una vez fallecido un familiar, tenían la costumbre de traer al muerto hacía Yunguyo, pero era forzoso hacer descansar y velar al muerto toda la noche; en el mismo camino del cerro Kapía, depositaban el cadáver en esa mesa de piedra que tenía dimensiones de una persona, todos hacían la ceremonia del velatorio, sus familiares y sus acompañantes, masticando la coca en grandes cantidades y bebiendo licor para soportar el intenso frío de la altura y para no ser afectado por kaika. Ratos sollozaban sus familiares más cercanos y ratos pronunciaban tristes cánticos fúnebres, al son de un tamboril, alabando las obras buenas realizadas en vida del finado, las lloronas o plañideras que para el caso no faltaban. Los acompañantes del cortejo fúnebre, se guarnecían en las pequeñas cuevas de las rocas que existían, sobre el camino, soportando las inclemencias del tiempo, ya sea en lluvia, en nevada, ventarrones o en fuertes heladas; al día siguiente continuaban con su marcha hacia Yunguyo por el camino de herradura hasta llegar al destino que ellos tenían para dar sepultura en algún lugar.
HUMA LLAWITA

Al finalizar la quebrada de la comunidad de Choquechaca, al pie de las rocas macizas que se prolonga hasta la cima del cerro Kapía, dentro del conglomerados de rocas, casi en la parte central, en la parte inferior, existen huellas marcadas en la roca como especie de ventana o gran puerta, de donde mana una buena cantidad de agua subterránea, que posiblemente viene desde la laguna de Warawarani, a este lugar le llaman Huma Llawita o puerta del agua; que es la principal fuente de agua potable que mantiene a la población de Yunguyo, con afluencias de otros ojos de agua que emergen del subsuelo de la misma quebrada, antiguamente servía para la irrigación de sus sementeras y de energía para mover la gran cantidad de molinos de agua que existía en ese lugar.
Cuenta la tradición de los pobladores del lugar, en tiempos muy remotos el Dios Sol había mandado cerrar con un enorme candado la puerta de piedra, para poder medir ese elemento valioso para la vida de los pobladores, tanto en el uso del riego, como para apagar la sed de la gente y asegurar la gran masa de agua que existía en el cerro Kapía, cuyo cuidado estaba a cargo de los curacas del lugar, el día en que fuera forzado o fracturado el candado y la inmensa puerta de piedra, reventaría la gran masa de agua e inundaría el lugar uniendo los dos lagos Wiñaymarka y Titicaca y desaparecían todas las comarcas aledañas y todo el altiplano del Collao; convirtiéndose en una gran mar.


LEYENDA DEL MONJE PETRIFICADO

El sitio denominado el Monje se encuentra ubicado en la comunidad de Llaquepa, del distrito de Pomata, en la misma quebrada que se extiende desde las pampas hasta el cerro Kapía, a media subida a la mano derecha hay un conjunto de rocas bastante altas, delante de estas configuraciones líticas, hay una especie de una estatua de pura piedra, sobre un pedestal, que se asemeja a un monje que está leyendo su breviario, un poco agachado con dirección al cerro Kapía, detrás de este pedestal se encuentra un conjunto de rocas con varias cuevas.
Pertenecientes al período Prealfarera o Preagrícola con signos de pinturas rupestres, descubiertas en l997, juntos con otros profesionales, que lo hemos denominado Cuevas del Monje. ( Historia y Arqueología de Yunguyo).
Cuenta esta tradición recogida de los pobladores de la comunidad de Llaquepa, que la laguna de Warawarani, asentado en el volcán Kapía, se venía propalando de las desapariciones frecuentes en diversas oportunidades de personas en su mayoría de jóvenes, por acción de la embrujada laguna de Warawarani, donde desaparecían sin dejar rastro alguna, especialmente de pastores, viajeros que por muchas circunstancias pasaban cerca de la laguna, atraídos por los patitos de oro que nadaban en sus orillas, los incautos personas al querer apropiase de esto patitos, eran atrapados o encantados por la maldita laguna, que dicen donde moraba el diablo en persona, que realizaba su travesuras, con el pago de muchos muertos, estas noticias muy alarmantes y preocupantes, había llegado a los oídos de las autoridades y de los padres del convento de la ciudad de Pomata.


TRADICIÓN DE INKA QAMAÑA

En el distrito de Cuturapi, en la parte que comprende el cerro Kapía, dicen que existe una construcción arquitectónica, especie de templo o casa de material piedra, que se denomina Inka Qamaña o descanso del Inca, otros hacen referencia que se encuentra en el centro poblado de Queñuani; en el sitio denominado Callo Uta, donde los monarca Cusqueños que nos visitaban, forzosamente tenían que descansar en ese sitio, antes de ingresar a la ciudad sangrada de Yunguyo, de paso al gran templo del Sol, en el Titicaca, solamente parangonado con el templo del Sol de Qorikancha en el Cusco, Pachacamac en Lima, Ankokawa y Wirakocha o Cacha en la nación Kana, Cusco.
Kauffmann nos refiere que el Inca Waina Qapaq que gobernó de l493 a l525 más o menos, en sus grandes conquistas llegando en el norte hasta Ancasmayo y en el Qollasuyo, se había suscitado sublevaciones e invasiones de los selváticos Chiriguanos, procedentes de Guaraní en el año de l5l8, traspasando el Chaco llegaron hasta las faldas de la cordillera oriental de Bolivia, otros dicen que llegaron hasta Huancané, encabezado por un español llamado Alejo García que había naufragado en las costas de Brasil en años anteriores que después fue muerto. Waina Qapaq vino con un poderoso ejército al Qollasuyo para enfrentar a los Chiriguanos, a quienes los derrotó completamente.
El Inca se propuso ampliar sus conquistas hacia Tucumán y Chile y para ello era muy importante visitar al templo del Sol de la Isla de Titicaca para honrar y consultar a los más famosos oráculos que existía en el templo del Sol para su campaña triunfadora.


Cuenta la tradición de los moradores de Queñuani, que los Incas salían de la capital del Tahuantinsuyo la ciudad del Cusco, en son de guerra de conquista, romería y peregrinaje religiosa hacia el Qollasuyo; con un ejército numeroso, su séquito de orejones, su coya y las pallas, los yanaconas o servidores, sus barredores de caminos; sentado en una litera de oro, cargado por los nobles del Cusco, después de 20 días de viaje; los chasquis o correos ya anunciaban su proximidad a la ciudad de Yunguyo, con un ruido estrepitoso de los gritos de sus soldados, el sonido de las trompetas o Pututos, (caracol procedente de la costa de Ecuador), retumbar espectacular de las Tinyas o tambores, elaborado con la piel de sus enemigos, que tenían sonidos muy especiales.


La ciudad sagrada de Yunguyo era muy importante en aquella época, por el control o especie de aduna para todos los romeros y estaba cercado de costa a costa por una muralla de piedra con puertas y porteros, de donde empezaba el suelo sagrado, para la entrada al templo del Sol del Titicaca; su abuelo Pachacutec Inca y su padre Tupac Inca Yupanki de Waina Qapac habían hecho construir en Yunguyo, un templo del Sol (hoy templo mayor de nuestra señora de la Asunción) un palacio suntuoso, donde gobernaba un pariente del Inca un sacerdote menor Willka o Auqaches, (limpiador de pecados), Qolqas o graneros, muchos edificios de los pobladores, divididos en dos barrios o zonas, Masaya (parte alta) y Arasaya (parte baja). El sitio denominado Inca Qamaña era costumbre y tradición de los Incas un descanso forzoso antes de ingresar a la ciudad de Yunguyo, donde permanecía una noche y un día, después de un largo viaje y reparar sus energías; terminado este descanso por fin llegaba a la ciudad de Yunguyo en medio de aclamaciones de sus vasallos, donde permanecía un mes hasta un año, sometiéndose a los ayunos, penitencias y purificaciones de sus pecados a cargo del gran sacerdote


Auqachec. Después de su estadía en esta ciudad, continuaba su marcha hacía el templo del Sol, por el camino real aderezado y empedrado, por Incacalle o Chacapata (hoy Jr. 28 de julio), Kasani, Loqa, Copacabana. (Tradición recogida por Prof. J. Torres Ch.). en Queñuani.
(Información del Prof. Francisco Tonconi .)

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